Gloria Álvarez Barros, dueña de “ArtDeGlow”:
Esta secretaria bilingüe y decoradora de interiores disfruta hoy su vida entre lozas, pinturas y hornos, colocándole nuevo color a su futuro, aunque reconoce que también debió enfrentar la discriminación.
CALERA DE TANGO.- “Mi emprendimiento partió el 2016, cuando llegué al Centro de la Mujer de Calera de Tango por violencia sicológica y económica. Y dentro de la entrevista con la asistente social y conversaciones con el equipo multidisciplinario, se me pregunta qué hago y digo, muy temerosa, cosas en mosaico. Y lo dijo así no más, sin creer en mí, porque mi autoestima estaba en el suelo”.
Este acto de valentía le valió a Gloria Álvarez Barros no solo enfrentar sus propios miedos, sino también golpear la puerta del cambio de vida, del atrevimiento para salir adelante y arrimarse al futuro con nueva sonrisa y mirada. Tanto o más fuertes que sus propias manos, hoy canalizadoras de un trabajo propio que la hace creer en sí misma.
“Sentí que lo que estaba haciendo tenía valor, que lo podía vender y que no era una manualidad. Y seguí capacitándome, lo que me permitió encontrar otras cosas como, por ejemplo, hacer mis propias palmetas para crear los mosaicos. Antes las compraba en otras comunas, a otras mujeres, pero tenía un horno de cuando hacía mosaico-fusión. Entonces hice un curso de palmetas pintadas y mi objetivo fue convertirme en mi propia proveedora”, dice.
“Y los productos que hoy tengo son loza pintada a mano, funcional y decorativa. También pinto sobre loza corriente y bizcocho cerámico, y ahora estoy utilizando la greda para recuperar los productos chilenos y la mano de obra nacional. Pero hoy estoy enfocada ciento por ciento en la pintura en loza, con lo que postulé al Capital Abeja y me muestro en las ferias acá en la comuna. Y en paralelo, me han llamado de la Dirección de Desarrollo Comunitario para hacer talleres a adultos mayores y otras usuarias del Fomento Productivo”, sostiene.
“Recuerdo que las niñas que me recibieron cuando llegué por primera vez me dicen que me mandaran a esta oficina de Fomento Productivo, y ahí como que desperté, porque me informan que justo estaban inscribiendo a emprendedoras de la zona para postularlas a un programa del Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género (Sernameg). Y quedé, y fue maravilloso, porque en 6 meses de capacitación conocí mujeres increíbles”, agrega Gloria Álvarez.
“E hice amigas, ingresé al Programa Mujeres Jefas de Hogar (PMJH) y comencé a participar en ferias locales. Acepté todas las invitaciones que me hacían, y todo lo hice muy consciente de mis dolores, pero también de que me quería sanar, de salir adelante. Y eso dependía de mi trabajo y de la capacidad de relacionarme con mujeres que vivían lo mismo que yo”, precisa la emprendedora.
DISCRIMINACIÓN
Esta vecina caletanguina, que ofrece sus productos entre sus cercanos y ferias artesanales, enfatiza que “no ha sido fácil entrar en algunos círculos, donde me sentí discriminada por el solo hecho de que vivo en una parcela dentro de un condominio. Hay mucho prejuicio. De hecho, una vez invité a algunas mujeres a mi casa y una de ellas dice ‘nunca he estado en la casa de un rico’. Y le dije que no era rica, que solo vivo acá porque la casa es de mi ex marido. Algunas veces me han dicho ‘burguseita’, pero de burgués no tengo nada. De hecho, mi abuelo era artesano”.
“Soy secretaria bilingüe de profesión y decoradora de interiores, pero esto es lo que mueve mi corazón, no podría hacer otra cosa. Y hago un llamado a todas las mujeres acercarse a la municipalidad, al fomento productivo, buscar ayuda, porque ayuda hay. Y cuando alguien nos dice ‘no se puede’, no hay que darle importancia. Debemos confiar en nuestras capacidades, en lo que estamos haciendo”, completa.
MIS REDES