Viviana Alcaíno Campos, dueña de “Dulce Accesorios”
Esta vecina de Villaseca renunció a su trabajo para acompañar a su hija Isidora en un tratamiento médico, pero las ganas y coraje le abrieron las puertas del negocio propio. Hoy, viste a la comunidad de Buin con accesorios de temporada.
BUIN.- “Trabajaba como operadora comercial en ChileExpress y tuve que renunciar el 2018 para dedicarme a mi hija Isidora, para acompañarla en todo momento tras ser diagnosticada con una enfermedad crónica renal. El doctor nos indicó que se debía iniciar un tratamiento urgente para que ella no perdiera su riñón, llevándola diariamente al hospital ‘Exequiel González Cortés’ para ser conectada a una máquina que filtrará su vejiga, que funcionaba solo un 30%. Con golpes eléctricos lograban que funcionara algo”.
Estas palabras son de Viviana Alcaíno Campos (41 años), una vecina de Villaseca que encontró en el emprendimiento la manera de continuar con su vida laboral ante la adversidad. Hoy, dueña de “Dulce Accesorios”, se instala con propiedad en ferias, plazas y casas para vender accesorios, pañuelos, joyas, aros y sombreros, entre otros productos de temporada.
“Al inicio no tuve problemas en mi trabajo, ni tampoco con las licencias médicas, pero con el tiempo me daba cuenta de que no sería posible estar en ambos lugares, así que hablé con mi jefatura y decidí irme. Así también, tuve que acompañar a Isadora con un sicólogo por su depresión, ya que tuvo que dejar su colegio, perdiendo un año escolar. A mis otros hijos los dejaba encargados para estar con ella en el hospital”, precisa Viviana a DELH.
“Cuando recibí el dinero de mi finiquito, me pregunté qué hago ahora. Y decidí comprar una pequeña cantidad de cosas como, por ejemplo, aritos, pudiendo unirlos con la habilidad con las manualidades de Isadora, que comenzó a hacer collares. Y con esa pequeña cantidad de productos partimos vendiéndolos a familiares y amigos. Y fuimos creciendo, pudiendo luego involucrarnos en las ferias de emprendedoras de la comuna”, sostiene.
“Fui a hablar a la municipalidad de Buin, explicando mi situación, y me dieron la oportunidad de instalarme en una feria de emprendedoras, y el negocio fue creciendo cada vez más. De ahí nos unimos a las redes sociales, que en
pandemia fueron muy importantes porque no podíamos vender en la calle, pudiendo hacernos conocidas en regiones. El negocio resultó, nos dimos cuenta de que éramos capaces de hacerlo y hoy es nuestra fuente de trabajo e ingresos económicos”, agrega.
“Hemos ganado tranquilidad familiar, porque al principio fue duro ya que uno se acostumbra a un trabajo formal y sueldo mensual, pero la carga emocional fue muy fuerte porque llegó un momento en que no sabía qué hacer, ya que no podía compatibilizar mi trabajo con la salud de mi hija. No podía delegar esa responsabilidad. Vivo para este negocio, trabajamos una vez al mes en las ferias de emprendedoras, instalándonos 3 a 4 días a la semana, y seguimos la venta a través de redes sociales y en nuestra casa, donde tenemos un espacio apropiado para que los clientes y clientas nos visiten.”, completa la emprendedora.
“Tenemos un fondo de inversión y nos hacemos nuestros sueldos, lo que nos permite mantenernos en el tiempo. Y la clave está en ser ordenadas con las cuentas, más allá de ser la contadora, hacer las compras y manejar el auto para cumplir con el delivery”, puntualiza Viviana Alcaíno.